Abrumados, cansados, quizás pensando en lo que había sucedido, El maestro ya no caminaba y comía junto con ellos y decidieron regresar a sus actividades, a las que se dedicaban antes de conocerlo; la pesca, entonces tomaron sus redes y subieron a la barca para pescar algo.
Hacía mucho tiempo que no salían a pescar.
Ya era tarde, habían echado las redes una y otra vez y no lograban pescar algo, estaban cansados, quizás decepcionados. De repente apareció a lo lejos un hombre y les dijo ¿tienen algo de comer? Los pescadores se miraron unos a otros, no sabían quien era aquel hombre, y no habían pescado nada, entonces el hombre que habló una vez más y dijo, echad la red a la derecha de la barca. Y los pescadores confusos y sin reparos echaron las redes y de pronto las redes eran tan pesadas por la gran cantidad de peces, entonces uno de ellos dijo: Es el Señor, pues si era el hombre de la mirada tierna, era tan raro, llevaron la barca hasta la orilla del agua y cuando descendieron vieron al hombre quien los invito a comer pues ya había puesto las brazas...
Una vez más el hombre compartía con ellos como lo hacen los grandes amigos, El siempre buscando servirles, ellos estaban cansados de la pesca y que mejor que llegar y encontrar todo listo para comer... San Juan 21
De las manos de Jesús, que una vez más los invitaba a comer, que delicia, mas que comer, compartir con El hombre de la mirada tierna.
ALGO PARA REFLEXIONAR:
- Jesús siempre esta preparándonos la mesa para cenar con nosotros.
- Jesús siempre nos invita a cenar con El, decisión de nosotros aceptar esta invitación. Apocalipsis 3:20
- Siempre que estamos cansados nos atiende y nos espera con la mesa.
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