Ella,.... caminando con su niño en brazos, quizás sin saber donde dirigirse y cual era su destino, caminando bajo el sol.... sedienta.... buscando agua no para ella sino para su hijo... Pero no encontraba, entonces toma la dolorosa decisión de colocar a su hijo debajo del árbol, ¡no para que descanse! sino para no verlo morir.. El niño quizás asustado, cansado, alzó su voz y lloró y he aquí salió una voz de los cielos y dijo: "No temas, porque Dios ha oído la voz del niño donde está.... Levanta, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación".
Su nombre era Agar y Dios fue testigo de lo que sintió y la observó y la socorrió..
Día a día Dios está siendo testigo de nuestra vida y eso debe darnos paz, aunque a veces nos sentimos solos. No olvidemos que estamos siendo observados por quien creo cada molécula de este mundo..
Dios en su infinito poder te escucha, aunque no digamos ni una sola palabra, como lo hizo Agar, la Biblia no nos dice nada acerca de la reacción de Agar, simplemente hizo todo cuanto la voz le dijo.
Y aunque no hubiesen ruegos, Dios simplemente nos da su mano porque sencillamente es testigo de nuestras vidas!!!!
Fuentes: Versión Reina Valera 1960 Cap. 21
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